PERU RATON&ROLL

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Es una de las bandas emblemáticas del rock and roll actual, el estilo y compararlos , además de ganarselos como los Rolling Stones latinoamericanos por su energía sobre el escenario, riff rocanroleros , hits y trayectoria le dieron el galardón de banda consolidada que escribe la historia del rock and roll en español con renombre....esto es la banda de Juanse, Sarco, Roy y Memi....Los Ratones Paranoicos, Rock and Roll en español con sonido propio.

La hora de los Ratones Paranoicos

Juanse, Roy, Memi y Sarcófago vuelven a la carga con un gran disco: “Ratones Paranoicos”, el primero en cinco años.

Mucho se habló en el último tiempo de la crisis que atraviesan las bandas grandes del rock local.

Entre separaciones, abandonos de miembros originales, largos períodos sin producciones nuevas, conciertos aburridos y discos ídem, naufragan los peces gordos, cada vez más ahogados. Sin embargo, del cardumen, hoy en día sobresalen ellos, los Ratones Paranoicos.

Posiblemente sean el grupo grande más denostado y despreciado, blanco fácil de cierto público que adopta una pose por lo menos ridícula, y le festeja chistes repetidos a Diego Capusotto. Quieren borrar con el codo lo que estos tipos vienen escribiendo hace veinticinco años, sustentados por casi una docena de discos en estudio, algunos en vivo –incluido un MTV Unplugged-, EP’s y compilados de rarezas y grandes éxitos. Por supuesto, la discografía de los Ratones puede tener algún que otro punto bajo (¿qué banda de larga trayectoria no lo tiene?), pero nunca les costó entregar buenas producciones.

Una caprichosa selección de este estilo, incluye clásicos como “Los chicos quieren rock”, “Furtivos”, “Fieras lunáticas” o “Girando”, lo último que registraron hasta hoy, en la segunda mitad del 2004. Lo que presentan ahora lleva el mismo nombre de la agrupación y cabe entre lo mejor que tienen.

“Ratones Paranoicos” encuentra en “No llores” un arranque corrosivo; lo vienen presentando desde el año pasado en sus recitales. Su tónica rocanrolera lo hace ideal para esas ocasiones y no sorprendería que, también, abra sus próximos shows.

El resto de la placa es un poco más de media hora en la cual se hace evidente la experiencia que tienen como banda de rock, llegando a grandes momentos (“Hotel Babylon”, “Cara verde”), en los que la guitarra de Juanse y el groove de Pablo Memi (primer disco tras su vuelta a la formación) son protagonistas excluyentes. En este sentido, es decisivo el aporte de Andrew Loog Oldham en la producción. Sí, volvieron a trabajar con el productor stone, después de mucho, mucho tiempo, lo cual es siempre una buena noticia.

Además del ritmo de Sarcófago y Roy, hay invitados de lujo como la banda española Pereza (en “Te extraño”) y Alex Lora, que aporta voz y coros en “Ruda hembra”, bastante en sintonía con Pescado Rabioso...

Ah, claro, Luis Alberto Spinetta. No se puede cerrar un comentario de este trabajo sin hacer una mención sobre lo más destacado del mismo. Juanse admira a Spinetta (¿quién no?); Spinetta admira a Juanse. “¿Eh?”, dirían, incrédulos, quienes se perdieron un capítulo no menor de la carrera del Flaco, el cual pueden repasar haciendo click acá. De esa admiración mutua surge lo que podría ser el próximo hit de la banda: “Sacrificio japonés”; velocidad en clave de pop, con letra algo críptica que deja frases de hermoso vuelo, como la que dice “si mañana no despierto, nada cambiará / seremos los fantasmas hechos de verdad”. Sus dos voces se funden en los versos que escribieron juntos y, cabalgados en sus guitarras, llegan a un estribillo irresistible.

Por más que no necesitan reconocimientos de nadie, con “Ratones Paranoicos”, donde, una vez más, demuestran sus virtudes y su vigencia, combinadas con el buen pulso para hacer más de esas canciones que todos conocemos, puede que acallen algunas de esas burlas, que aunque a ellos no les importe, no hacen justicia. Si ahora les llega su hora, ese momento en que alcancen las loas de los ajenos, ya quedaron ustedes avisados por qué.

Ezequiel Ruiz
Redacción de El Acople

Juanse: “La rebeldía del rock es un invento del sistema”

Los Ratones Paranoicos volvieron a las andadas con un disco simplemente intitulado “Ratones Paranoicos”. La placa marca el primer trabajo de estudio en 5 años desde “Girando” (2005) y la primera grabación desde la vuelta de Pablo Memi a las cuerdas bajas. El disco, entre otras cosas, cuenta con la participación de Luis Alberto Spinetta en “Sacrificio japonés”. Para promocionar el disco se está preparando un psicodélico video clip de éste mismo tema.

Teniendo al lanzamiento de excusa, nos reunimos con Juanse, Pablo, Roy y Sarcófago con la propuesta principal de hablar de rock con una de las pocas bandas que viajan dentro del circuito hace 25 años. Con ese detonador terminamos discutiendo del sistema, la juventud, las influencias y la rebeldía.


Estuve leyendo que para el nuevo disco grabaron varios temas en una o dos tomas ¿Su manera de hacer rock tiene algo que ver con la simpleza al momento de producir un sonido?

Juanse: A nosotros “el rock” no nos interesa, nosotros lo que hacemos es “rock and roll”. Rock es Soda Stereo, Pink Floyd, Yes.

Sin embargo, Los Ratones Paranoicos empezaron tocando punk…

En diciembre del 77 me conseguí “Never Mind the Bollocks” de los Sex Pistols y me voló el cerebro. El punk es rock and roll. Los Sex Pistols son rock and roll y era eso lo que nos gustaba de chicos. Después vinieron los New York Dolls o Humble Pie. Más tarde Litle Richard, Chuck Berry, Jerry Lee Lewis, The Stooges… Pero pasan los años, pasan las modas y las compañías necesitan ponerle otro nombre al rock and roll para venderlo. Al final es todo lo mismo.


Hay una nueva camada de chicos que los tienen a ustedes como referencias en vez de a los Sex Pistols ¿Cómo ven paradas a las nuevas generaciones?

Las nuevas generaciones escuchan la música de frente y entienden a medias. Hay algunas bandas que tienen mucho talento y que poniéndole trabajo van a llegar a ocupar el lugar que les corresponde. Hay otras que realmente lo hacen por que quieren vivir de esto, y tampoco podes negarle el derecho de un tipo a ser algo, aunque lo que haga sea una mierda.

¿Qué fue lo que les permitió a ustedes ser lo que son?

Llegamos a descubrir nuestra esencia, pero no por genios. Tuvimos componentes de genialidad que un gran productor supo canalizar y convertir en algo para poder mostrar.

¿No hay una necesidad de buscar la trascendencia o de dejar la marca en la historia de la música?

No, no podemos buscar algo trascendental en lo que hacemos. El tiempo dirá si lo que hacemos debe trascender. Jamás me cortaría una oreja para ver si dentro de 6 años vendo un cuadro. Nosotros tratamos de vender un cuadro hoy por que sino vamos a tener que abrir una pizzería o una estación de servicio (Risas).

Algo que se viene discutiendo en nuestras entrevistas es la frivolización del rock and roll, esto de que se ha vuelto parte del sistema más que un grito para denunciarlo.

Nosotros lo que detestamos es eso de vestirse de rock and roll y tocar Shakira. Siempre vamos a estar en contra de esa basura. Lo que pasa es que el rock and roll lo tenemos dentro del cuerpo, lo hacemos mientras dormimos. Hay gente que se siente inferior a nosotros por que piensan que tocar rock and roll es mejor de alguna manera, entonces lo buscan y lo copian, pero no es mejor ni peor. Cada uno tiene que hacer lo que tiene que hacer.


¿De dónde piensan que viene esta actitud camaleónica?

Tiene que ver con una especulación. En el país tuvimos artistas muy importantes de rock y blues que pavimentaron el camino que nosotros recorrimos después. Estamos acá por que seguimos ese camino, pero hay otros… no quisiera dar nombres… pero la evolución de, digamos, “algún integrante de Soda Stereo” ha hecho que sus discos sean cada vez mas rockeros. Nadie dice que eso no sea algo popular y de calidad, un digno embajador de lo que se hace acá, pero hay que tener presente el principio de aquel viaje: un sonido sin cuerpo, lleno de efectos y con una especie de poronga hecha de crema de afeitar en la cabeza.

¿El rock and roll dejó de ser rebelde para ser un concepto en una vidriera?

Es que para nosotros el rock and roll es muy claro, no tiene rebeldía. No nos rebelamos porque para nosotros está todo incendiado, no hay nada contra qué rebelarse. Si hacemos rock and roll es por que nos gusta sin importar la gente que halla ni el lugar que sea.

¿Entonces el punto sería descubrir algo copado y llevarlo hacia adelante?

Descubrir, nadie descubre nada. Para mí 8 y medio del director Federico Fellini era lo mejor en cine que ví en mi vida. Pensaba que él había inventado todo eso que pasa en la película, pero ahora comprendo que él para lograr eso habrá visto 2000 películas antes. Lo mismo con Salvador Dalí, que es único por donde lo mires.

¿Eso hoy es más fácil de lograr con toda la información que hay disponible al alcance de la mano?
Hoy en día las oportunidades mediáticas son tan grandes que hay gente que se está haciendo famosa por cagarse encima y filmarlo. Frente a eso hay una línea ideológica que impide que nuevos valores acudan a tu ayuda, porque socialmente no le conviene al poder que aparezca un nuevo Dalí y revolucione.

Estamos en un mundo donde todos corren detrás de un nuevo modelo de computadora para ver ortos o hacerse chistes por Facebook de una punta del mundo a otra. Nunca se fomenta el meterse dentro de una biblioteca a ver el texto de tal o cual escritor. A nadie le importa. Entonces esa aceleración mediática termina sirviendo para tapar al que podría ser el nuevo Dalí.

Parece bastante pesimista el porvenir entonces, ¿cómo tendríamos que proceder?

Bueno, el transfondo de esto es muy concreto: hay que matarlos a todos. Igual nosotros somos músicos y tratamos de expresarnos a través de nuestro sonido. Bajamos esto que tenemos adentro y que sentimos permanentemente. Por eso te digo, la rebeldía es mentira, es un invento de Estados Unidos para que un adolescente se haga mierda en un auto, como le hicieron a James Dean.

Bueno, pero algo de rebeldía tiene que haber en algún lado, sino seríamos todos conformistas.

Sí, la rebeldía se genera cuando tenés un viejo de mierda o cuando a tu vieja se la re coje el portero y se la pasan por el orto los perros. Yo no quiero que eso ocurra, si mi viejo me mandó al colegio y me dio lo que necesitaba, ¿contra qué me voy a rebelar? ¿Contra el sistema? ¿Y el sistema qué es? Es un montón de intereses llenos de poder y tecnología que hacen que vos te sientas una mierda porque no te podes comprar una computadora.

Es interesante que digas eso por que una de las cosas que más se le critica al rock es quedarse en lo cuadrado y lo simple, nunca buscar más allá…

Esa es una inversión que hicieron los que nos detestan por que no comprenden lo que hacemos y por que son ellos los que producen y están al frente de esta movida siniestra. El mensaje es que nuestra música somos nosotros. No me gustan esas poses de “hay que ser pobre”, “me duele el orto y estoy contento” y “vos sos un careta por que te pusiste una galera”.

Como que es todo una mentira…

Lo que digo es que el mundo es distinto a lo que nos hacen pensar. No hay una diferencia intelectual que te impida leer un libro y transportarte al mundo que construyeron Carlos Castaneda, Aldous Huxley o Isidoro Cañones. Tampoco estamos diciendo que podemos hacer lo que hacemos por que fuimos al colegio. A mí el colegio me hizo aprender lo que es el respeto a otro ser humano, ya sea por que lo respeto como humano o por que si no lo hago me va a romper la cara de una trompada. Eso es lo que le falta al rock and roll, un poco de mística y aprecio hacia la gente que te rodea.

Autor: Leandro Falcón

Fuente:http://www.rock.com.ar/

“Ratones Paranoicos” – Rat. Paranoicos

Andrew Loog Oldham vuelve a extraer lo mejor del grupo, como lograra con “Fieras lunáticas” y “Hecho en Memphis”.

Son contadas las bandas que consiguen mantenerse en pie brindando una oferta musical poco afecta a las mutaciones a lo largo de los años. Con más de dos décadas sobre sus espaldas, Ratones Paranoicos se inscribe en ese selecto espacio pero jamás se inmutó cuando desde distintos sectores llegaba (y aún hoy) a sus oídos el clásico latiguillo: “hacen siempre lo mismo”.

Sí, es verdad. De manera constante, el cuarteto nacido en Villa Devoto permaneció firme en su camino y caprichosamente fiel a sus principios e influencias, lo que, por otro lado, también encierra un mérito, considerando lo sencillo que es tentarse con algún ritmo o sonido de moda para “captar nuevos mercados” o “sonar en más radios”, sobre todo en épocas de baja o mediana exposición.

Lejos de toda especulación o estrategia marketinera, la banda se planta en la suya, perpetrando algo así como un “regreso a las raíces”. Y no sólo por la vuelta de su bajista original, Pablo Memi, y porque su nuevo trabajo se titula, al igual que su álbum debut, Ratones Paranoicos. Juanse, Sarcófago, Pablo Memi y Roy Quiroga acudieron otra vez a Andrew Loog Oldham para que los produzca. Y la magia reapareció.

Como el Boca de Carlos Bianchi o el River de Ramón Díaz, cuando Oldham “dirige técnicamente” a los Ratones, los coloca en su mejor forma y versión. Sin traicionar las raíces de la banda ni aplicando violentos cambios de táctica ni de rumbo, el mítico productor de los Rolling Stones (como lo hiciera en 1991 con Fieras lunáticas y en 1993 con Hecho en Memphis) le otorga al combo roedor un plus de calidad y de elegancia, apelando a pequeños (pero fundamentales) detalles como cuidados arreglos vocales, acertadas intervenciones de vientos y cuerdas y un sonido en general sólido y con mucho cuerpo. Y otro dato importante es que, sin alejarse del terreno clásico del rock, el blues, el R&B y algunos destellos funk, Ratones Paranoicos luce por sus variados momentos y climas fluctuantes.

El viaje arranca bien arriba, con el pulso rockero y los característicos riffs cortantes de “No llores” y “Toda la ciudad”, que seguramente se convertirán en los futuros clásicos infaltables de sus presentaciones en vivo. En esa tónica, aunque más melodiosa, asoma la colaboración vocal y autoral de Luis Alberto Spinetta en “Sacrificio japonés”, un atractivo rockito con toques pop. “Cuando te vea” aporta el soplo acústico; “Ruda hembra” (con la voz del mexicano Alex Lora, de El Tri) y “Cara verde” brindan el costado más hard, con reminiscencias de Pappo incluidas, mientras que la frenética urgencia de “Manicomio” deposita a la banda en el casillero del punk.

De todos modos, el álbum presenta sus mejores “armas de seducción” cuando baja un tanto los decibeles y decide navegar por las aguas de los tiempos medios. Allí sobresalen “Flor de lis”, “Te extraño” (con las guitarras y los deliciosos coros stonianos - "extraídos" de "Let spend the night together" - a cargo del dúo madrileño Pereza) y en particular “Hotel Babylon”, quizás el mejor tema del disco, con la cadencia y el groove que sólo puede otorgar el bajo ejecutado por Pablo Memi (¡qué bueno que volviste!).

Cinco años después de su última entrega discográfica en estudio, Girando, y con una duración ideal menor a los 36 minutos, los Ratones Paranoicos (junto a la inestimable experiencia de Oldham) ponen de manifiesto que para nada les interesa salirse de un libreto que, en letras de molde, reza: “Acá estamos nosotros. Somos así. Tómalo o déjalo”. Esta vez, vale la pena tomarlo.

Gabriel Hernando

Ratones Paranoicos: sacrificio Japones Nuevo Video

RATONES PARANOICOS EN VIVE LATINO 2008