PERU RATON&ROLL

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Es una de las bandas emblemáticas del rock and roll actual, el estilo y compararlos , además de ganarselos como los Rolling Stones latinoamericanos por su energía sobre el escenario, riff rocanroleros , hits y trayectoria le dieron el galardón de banda consolidada que escribe la historia del rock and roll en español con renombre....esto es la banda de Juanse, Sarco, Roy y Memi....Los Ratones Paranoicos, Rock and Roll en español con sonido propio.

“Ratones Paranoicos” – Rat. Paranoicos

Andrew Loog Oldham vuelve a extraer lo mejor del grupo, como lograra con “Fieras lunáticas” y “Hecho en Memphis”.

Son contadas las bandas que consiguen mantenerse en pie brindando una oferta musical poco afecta a las mutaciones a lo largo de los años. Con más de dos décadas sobre sus espaldas, Ratones Paranoicos se inscribe en ese selecto espacio pero jamás se inmutó cuando desde distintos sectores llegaba (y aún hoy) a sus oídos el clásico latiguillo: “hacen siempre lo mismo”.

Sí, es verdad. De manera constante, el cuarteto nacido en Villa Devoto permaneció firme en su camino y caprichosamente fiel a sus principios e influencias, lo que, por otro lado, también encierra un mérito, considerando lo sencillo que es tentarse con algún ritmo o sonido de moda para “captar nuevos mercados” o “sonar en más radios”, sobre todo en épocas de baja o mediana exposición.

Lejos de toda especulación o estrategia marketinera, la banda se planta en la suya, perpetrando algo así como un “regreso a las raíces”. Y no sólo por la vuelta de su bajista original, Pablo Memi, y porque su nuevo trabajo se titula, al igual que su álbum debut, Ratones Paranoicos. Juanse, Sarcófago, Pablo Memi y Roy Quiroga acudieron otra vez a Andrew Loog Oldham para que los produzca. Y la magia reapareció.

Como el Boca de Carlos Bianchi o el River de Ramón Díaz, cuando Oldham “dirige técnicamente” a los Ratones, los coloca en su mejor forma y versión. Sin traicionar las raíces de la banda ni aplicando violentos cambios de táctica ni de rumbo, el mítico productor de los Rolling Stones (como lo hiciera en 1991 con Fieras lunáticas y en 1993 con Hecho en Memphis) le otorga al combo roedor un plus de calidad y de elegancia, apelando a pequeños (pero fundamentales) detalles como cuidados arreglos vocales, acertadas intervenciones de vientos y cuerdas y un sonido en general sólido y con mucho cuerpo. Y otro dato importante es que, sin alejarse del terreno clásico del rock, el blues, el R&B y algunos destellos funk, Ratones Paranoicos luce por sus variados momentos y climas fluctuantes.

El viaje arranca bien arriba, con el pulso rockero y los característicos riffs cortantes de “No llores” y “Toda la ciudad”, que seguramente se convertirán en los futuros clásicos infaltables de sus presentaciones en vivo. En esa tónica, aunque más melodiosa, asoma la colaboración vocal y autoral de Luis Alberto Spinetta en “Sacrificio japonés”, un atractivo rockito con toques pop. “Cuando te vea” aporta el soplo acústico; “Ruda hembra” (con la voz del mexicano Alex Lora, de El Tri) y “Cara verde” brindan el costado más hard, con reminiscencias de Pappo incluidas, mientras que la frenética urgencia de “Manicomio” deposita a la banda en el casillero del punk.

De todos modos, el álbum presenta sus mejores “armas de seducción” cuando baja un tanto los decibeles y decide navegar por las aguas de los tiempos medios. Allí sobresalen “Flor de lis”, “Te extraño” (con las guitarras y los deliciosos coros stonianos - "extraídos" de "Let spend the night together" - a cargo del dúo madrileño Pereza) y en particular “Hotel Babylon”, quizás el mejor tema del disco, con la cadencia y el groove que sólo puede otorgar el bajo ejecutado por Pablo Memi (¡qué bueno que volviste!).

Cinco años después de su última entrega discográfica en estudio, Girando, y con una duración ideal menor a los 36 minutos, los Ratones Paranoicos (junto a la inestimable experiencia de Oldham) ponen de manifiesto que para nada les interesa salirse de un libreto que, en letras de molde, reza: “Acá estamos nosotros. Somos así. Tómalo o déjalo”. Esta vez, vale la pena tomarlo.

Gabriel Hernando

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